
Se organiza un congreso virtual, se convoca a las sociedades científicas.
Se paga a las sociedades científicas y así todos repiten lo que les mandan, lo que interesa.
600 millones de euros se dedican al año por parte de la industria para comprar las voluntades de médicos y sociedades científicas en España.
Y el Estado hace otro tanto lo mismo con los fondos destinados a investigación con los que consiguen que los "virólogos expertos" coincidan y defiendan las tesis de los políticos hasta llegando a la estupidez de decir que el coronavirus se transmite comiendo aceitunas o que la vacuna española va a ser la mejor.
