Ha ganado la "derecha". Después de unos años aguantando como la izquierda justificaba lo injustificable -el endeudamiento masivo, el abuso policial, el desmantelamiento del estado de derecho, etc.- por arte de magia y sortilegio del "que te vote txapote", vamos a pasar un par de años aguantando cómo la derecha justificará lo injustificable, y para colmo, esa "disidencia" facha, de derechas y obsesiva, con cara de satisfacción dará la espalda a esa disidencia de la que se han aprovechado para coger músculo.
Veremos como esos influencers, youtuber y mierdemonguers de derechas, tan activos en los tres años de pandemia, se diluyen como un azucarillo en el té de la complacencia política.
Ni qué decir que cualquier resultado iba a ser malo, pero este resultado nos va a ofrecer un precioso espectáculo circense donde la derecha igual que hizo la izquierda, aplaudirá el endeudamiento masivo, el abuso policial, el desmantelamiento del estado de derecho y por qué no, la vacunación involuntaria, la eutanasia por interés social y el aborto por complacencia. El ejemplo de "derecha" lo tenemos en Feijoo y Ayuso que no se han separado en nada de las maquinaciones del gobierno, aunque en el espectáculo de la política han refunfuñado y sonreido como caníbales -risa sardónica," típica de quienes comen seres humanos-.
Seamos claros no hay, nunca ha habido y nunca habrá diferencia entre la socialdemocracia de derechas y la socialdemocracia de izquierdas, ninguna diferencia entre el nacionalismo español y el nacionalismo independentista.
O como decía Ortega y Gasset: Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infÌnitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral. Además, la persistencia de estos calificativos contribuye no poco a falsificar más aún la "realidad" del presente, ya falsa de por sí, porque se ha rizado el rizo de las experiencias políticas a que responden, como lo demuestra el hecho de que hoy las derechas prometen revoluciones y las izquierdas proponen tiranías.
Pronto veremos como esa disidencia de "derechas" que decía que debíamos estar todos juntos aunque fuese apoyando el expediente Royuela o la lucha contra el grafeno, ahora se irá apagando como una velita, porque lo malo ya ha pasado y ahora hay que mirar con calma hacia nuestro futuro: el universo 20-30.
Felicidades a los perdedores porque ahora podréis hacer el papel de víctimas que tanto os gusta y podréis salir a la calle a manifestaros y quemar contenedores, algo que los "negacionistas" nunca hicimos.
Felicidades a los ganadores porque ahora todo lo malo se volverá bueno y podréis vivir con la conciencia tranquila de ver que la izquierda no será la que nos lleve a la ruina y la desesperación.
Felicidades a todos aquellos que se sienten satisfechos por el mero hecho de no haber votado -yo no he votado ni votaré-, porque algún día os daréis cuenta de que a parte de no votar, hay que construir algo importante para que este mundo no termine devorándonos a todos.
O como decía Edmund Burke: Para que triunfe el reino del mal, solo es necesario que los hombres buenos, no hagan nada.
Magnífico análisis, aunque discrepo que la estrategia de no votar sea la más adecuada. El sistema disfruta viendo cómo un 1% 2% de títeres bien-pagaos gobierna a golpe de mafia legal sobre el 98% porque han recibido un 15% de votos. Cualquier filósofo griego o romano se reiría en nuestra cara.
Obviamente podemos cambiar nuestra realidad con nuestras acciones, y podemos conseguir imbuirnos en un mundo cuasi-perfecto haciendo lo que creemos conveniente, sea social o gubernamentalmente aceptable y hurtándo al sistema la capacidad de robo e imposición.
Pero los que han conseguido un mundo lleno de títeres parlanchines, jugaron sus cartas con las normas que había hasta que de tanto jugar, viciaron las normas, las hicieron suyas y crearon las…
En tanto el pueblo transija los gobiernos y los políticos camparan a sus anchas. Entre bambalinas esta compañía de farsantes, en comandita, escriben maquiavelicos guiones para endulzar las elecciones. La codicia y corruptela prevalece por encima de las promesas electorales una vez alcanzado el poder. Nada qué hacer, estamos viviendo un espectáculo patéticamente recursivo; no obstante sueño que en un próximo futuro las nuevas generaciones regenerarán los gobiernos y sus políticos.
Soy de muchos años de historia a mis espaldas,y, en algunas ocasiones se ha visto que la izquierda dejaba bien provista a la derecha cuando ésta accedía a su mandato.
¿Dónde están los hombres y mujeres de honor?.
Pero, si los tiranos de la antigüedad ¿pensamos que han cambiado?.
Gracias
Hola:
Nunca me ha gustado esta frase,es como si la desgracia de ser malvado,fuera culpa de los buenos
Aquí transcribo el último p´arrafo de tu artículo
"O como decía Edmund Burke: Para que triunfe el reino del mal, solo es necesario que los hombres buenos, no hagan nada."
Los hombres buenos ,sí hacen.Los que no hacen son los perezosos,los indiferentes o los que tienen miedo.
Gracias-
Elecciones-teatrillo, paripé obsceno, "fiesta de la democracia" grotesca, donde sabiamos los "resultados" de antemano.