En uno de los episodios, aparece Bart Simpson con apariencia de niño rata. Todo quedaría en una anécdota, si no fuese por las inmensas posibilidades que ofrece a la ciencia, la existencia de niños rata, niños para experimentación científica. De esta manera, a los niños se los podría enjaular y someter a experimentos, pues de todas formas, no son "realmente humanos". Podríamos inyectarlos cualquier cosa, someterlos a radiaciones, inocular células cancerígenas y nadie diría nada: tan solo son niños rata. Podríamos hacer experimentos de condicionamiento social y hasta darles electroshock para descubrir de una vez por todas, como funciona esa maldita forma de tortura terapéutica. Todo valdría, todo sería posible y todo estaría bien en beneficio de la ciencia.
Pero la ciencia podría ir más lejos y pasar del niño rata a la rata niño. Podríamos por arte de ciencia introducir genes humanos en ratas de laboratorio para engendrar ratas con forma de rata, pero con ADN humano. Unos biólogos por aquí, unos cuantos millones de euros y voilá: un niño rata.
Y esto es lo que hemos visto este fin de semana:
La FDA ha participado en la compra venta de tejido fetal para la fabricación de ratas de laboratorio con células humanas para experimentación en la industria del medicamento.
Como si fuese poca la aberración de usar células fetales para el cultivo de vacunas, contaminando de ADN fetal las propias vacunas y los niños a las que se inoculan, llegamos al esperpento de tener que reconocer que los biólogos y los políticos están muy lejos de poder ser considerados gente mentalmente sana.
Los botones de arriba les ayudarán a descargar los documentos que prueban el comercio con tejido fetal para la producción de "ratas humanizadas" mediante ingeniería genética.
Estamos en una de las épocas más oscuras de la historia de la humanidad, donde se han roto todos los límites morales y donde las mayores atrocidades son toleradas por la mayoría.
Que D'os, el Santo Bendito Sea, tenga piedad de la humanidad...