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Jefes, cabecillas y abusones


La convivencia se mantiene en precario. Probablemente los políticos hayan conspirado en la sombra para conseguirlo, pero probablemente también, la población por sí misma y vícima de su arrogancia, haya perdido el gusto por mantener relaciones sanas.

La televisión, las redes sociales y la desconexión con la realidad, nos ha llevado a este nuevo mundo, "el ciberlítico" que dice nuestro querido compañero Rafael Ortiz, donde evidentemente se han perdido las coordenadas de realidad.


Las redes sociales han venido a amplificar este mal y algunas como Twitter son un hormigero de pasiones y emociones absolutamente descontroladas, donde la gente acude para desahogarse y proyectar sus frustraciones. Cada red social se adapta a vicios concretos. Twitter es para gente colérica. Tik Tok para gente vanidosa. Facebook es para los chismosos...

En los extramuros de las redes sociales como son los blogs y webs independientes, la gente sumida en el sueño social, viene a reproducir lo que ocurre en otras redes. Lo habitual es que uno se exprese y la gente lea. Puedes estar de acuerdo, o puedes no estarlo. No pasa nada por discrepar. Cuantas más opiniones leas, más amplia es la visión de las cosas y más fácil es elegir entre las distintas opciones personales. Uno lee sobre el aborto y lee distintas posturas y puntos de vista y luego se configura interiormente una preferencia.

En micaso, nunca voy tomar la píldora del día después ni voy a abortar.

No necesito contradecir a cada una de las opiniones que he escuchado. Ni me van ni me vienen. Son sus opiniones. Es su mundo.


Irremediablemente vivimos en un mundo absolutamente abducido por las redes sociales que convierten la inquietud en ruido mental, y el ruido mental en polémica, y la polémica en una cuestión vital insoportable que me empuja a reaccionar contra el enemigo. En el trasfondo se percibe un patrón de comportamiento intolerante, amargo, hiperreactivo, acomplejado y muy pobre.

Las redes sociales han convertido al ser humano en una máquina y frente a la inteligencia artificial, nos amenaza otro mal mayor: la estupidez natural.

Hables de lo que hables en un blog, siempre habrá un porcentaje de máquinas que te contestarán con ira y amargura, con desesperación y zozobra. Siempre habrá un grupo que se lo tome como algo personal y que trate de desacreditarte con un "no tienes ni idea y eres un ignorante", "eres un vendido", "me has defraudado" o "eres disidencia controlada".


Si hay algo que nos muestra a las claras que en la guerra cognitiva en la que estamos, tenemos la batalla perdida, es el aumento de personas dominadas por el miedo, la tristeza, la ira y el asco con todas las variables que incluye.

¿Quieres convencerme de que el aborto es la opción más maravillosa?

¿Quieres convencerme de que hay un Juez justiciero al que han expulsado por sus virtudes?

¿Quieres convencerme de que no debo comer carne o que debo fumar marihuana a diario?

¿Quieres convencerme de que los aviones nos fumigan todos los días como cucarachas?

¿Quieres convencerme de que la tierra es plana o que la luna es un holograma?

¿Quieres convencerme de quehay una sustancia malísima en el universo que ponen en las vacunas?

¿Quieres convencerme de que tienes una carnet de plástico que te convierte en diplomático de una nación errante?

¿Quieres convencerme de que el 5G me va a matar y que el contador eléctrico va a escuchar mis conversaciones?

¿Quieres convencerme que mi televisión me escucha y me manda mensajes MKUltra?

¿Quieres convencerme de que los virus no existen o de lo contrario?

¿Quieres convencerme de que el contagio no existe y que la lepra es un conflicto emocional?

¿Quieres convencerme de que detrás de cada cura hay un pederasta o que detrás de un judío siempre hay un banquero malvado?


Hazlo. No tardes. Aporta algo serio. Te respeto y acepto lo que me expones. Pero aporta algo serio. Necesito algo más que tu opinión.

Demuestra tu inteligencia y tu conocimiento para aportarme datos e ideas.

No demuestres tu inteligencia despreciándome, insultando, inventando fraudes y estafas o abusando de tu mala educación.

¿No te gusta lo que he dicho? o ¿no te gusta no haber conseguido convencerme don dos youtubes, un tik tok y un pdf anónimo? Eres libre de buscar a otros amigos con los que jugar.

Nunca he conocido a nigún experto que se enfade por tener que explicar su ciencia. Si se enfada y pierde el control, lo más probable es que sea un ignorante de tres al cuarto incapaz de juntar dos frases, resolver una duda o aclarar una pregunta.

La ira es una muestra de debilidad y de que algo falla en una persona, y desde luego es una prueba de que no controla el debate.


¿Qué diferencia hay entre la manipulación, la mentira y la falta de pruebas de los argumentos del Gobierno y entre la manipulación, la mentira y la falta de pruebas de la "disidencia"?

Ninguna. Es lo mismo. En ambos bandos de la realidad hay la misma sustancia: la necesidad de abusar de otros para alcanzar un estatus superior. La necesidad de que los seres inferiores como tú y como yo, no pensemos ni cuestionemos nada, nos dejemos llevar por el líder y obedezcamos. No pienses -dice el Gobierno-. No pienses -dice el "disidente". "Debemos estar todos unidos" dicen los dos. Si mañana este sistema dictatorial cayese y fuese tomado por la "disidencia", el resto de las personas no notaríamos ningún cambio.

Nos obligarían a cosas distitas.

Nos prohibirían cosas distintas.

Nos obligarían y nos prohibirían. Igual que Sánchez o Ayuso.


Existen 9 millones de personas en España que saben lo que está pasando y no están de acuerdo. Son muchos más que los 200.000 disidentes que se pueden contar en España y más que los que votan a Sánchez.

Esos 9 millones de personas estan esperando a ver algo de luz, pero ven desde muy lejos, que ni el Gobierno ni la oposición son de fiar, pero también ven desde muy lejos, que lo que llamamos "disidencia" no merece crédito ni se diferencia de los políticos.

Esos 9 millones de personas como tú y como yo, están esperando a que se tranquilicen las aguas, mientras la disidencia chilla y da brazadas desesperadas por no ahogarse en la mierda del twitter o del telegram.


Lo que estamos viviendo es ya algo viejo. Masas. Masas de socialistas, peperos, voxeros, podemitas, racionalistas, nacionalistas, nazionalistas, nacionalistos y otros grupos con conciencia de masa, incapaces de pensar por sí mismos y de individualizarse, frente a una minoría que intenta que no le roben el bocadillo ni los unos ni los otros. Masas de despiertos roncantes y de luminosos iluminados que necesitan enciscarse para ser visibles y btener likes. Así se explica Don José Ortega y Gasset:


Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida pública europea de la hora presente (1920). Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su nombre. Se llama la rebelión de las masas.

...

De este modo se convierte lo que era meramente cantidad —la muchedumbre— en una determinación cualitativa: es la cualidad común, es lo mostrenco social, es el hombre en cuanto no se diferencia de otros hombres, sino que repite en sí un tipo genérico.


Por si cabe alguna duda sobre el drama del ser individualizado y del peligro que supone para la sociedad de masas, Ortega y Gasset fue odiado por todos los lados, igual que Unamuno y otros portentos de nuestra cultura.

Este fin de semana hemos podido disfrutar de una muy buena conferencia con el Dr. Christian Perronne en Balaguer, en el invernadero de Dulce Revolución con Josep Pàmies. Algo serio e inquietante para hacernos pensar sobre la enfermadad de Lyme, la OMS, la corrupción, etc. Al día siguiente una periodista alernativa le iba a entrevistar, pero en el último momento canceló la entrevista. Imagino que era un entrevistado indeseable porque no coincidía con la Nueva Medicina Germánica o con las tesis más rancias del negacionismo. Decía San Agustín que hasta de los libros malos se pueden aprender cosas buenas. Pero San Agustín era un hombre culto y santo, y muy alejado de esta concepción ombliguista de las masas sociales del telegram. Ortega insistía:

La masa arrolla todo lo diferente, egregio, individual, calificado y selecto. Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado. Y claro está que ese “todo el mundo” no es “todo el mundo”. “Todo el mundo” era, normalmente, la unidad compleja de masa y minorías discrepantes, especiales. Ahora “todo el mundo” es sólo la masa.

La masa contra Perronne por ser "demasiado oficialista". ¡Qué ironía!


Por otra parte, no hay que confundir hombre masa con la pertenencia a un grupo más o menor numeroso. El hombre masa es un ser irreflexivo que a veces actúa en solitario o en pequeños grupos de "conciencia" colectiva. Pensar que el hombre masa es el votante del PSOE es un dislate, porque ni todo votante del PSOE pertenece a la categoría de hombre masa, ni todo hombre masa es capaz de soportar la carga de la convivencia social, pero no obstante no deja de ser un ser copia, repetido, sin individualidad.

La principal novedad antropológica de la teoría mimética consiste en la afirmación de que el hombre es un ser fundamentalmente mimético, incluso antes que un ser racional.

«Los hombres se influencian unos a otros, y, cuando están juntos, tienen tendencia a desear las mismas cosas, no sobre todo en razón de su escasez, sino porque, contrariamente a lo que piensan muchos filósofos, la imitación comporta también los deseos. El hombre busca hacerse un ser que está esencialmente fundado sobre el deseo de su semejante» [Girard 1996: 23].

La filosofía antigua ya hablaba de mímesis (Platón, Aristóteles), pero el pensador francés considera que sólo fue reconocida la mímesis de representación (que influyó decisivamente en las cuestiones estéticas) y no la mímesis de apropiación, la cual comporta no sólo el saber o los conceptos, sino sobre todo los deseos:

«Cuando es imitado un ademán de apropiación, esto significa sencillamente que dos manos se tienden simultáneamente para tomar el mismo objeto: el conflicto no puede dejar de surgir» [Girard 1984: 204].


Antonio Machuco Rosa, en su ponencia sobre "Mimesis, teoría de redes y redes sociales digitales" que se puede encontrar en el depósito de la Universidad Francisco de Vitoria nos hace un análisis muy interesante sobre el concepto de pseudonarcisismo en las redes sociales pero en "Deseo, mímesis y estatus social" de Enrique Sánchez en la Universidad de Piura nos encontramos con:

"Por eso, consciente o inconscientemente, siempre estamos midiendo nuestra posición o ranking en el grupo (en términos de prestigio, admiración, dinero, afecto, etc.). De ahí que ansiemos likes en las redes sociales, pues indican valoración por parte del grupo. Nos producen dopamina (placer). Y, como cualquier droga, siempre queremos más."

A lo que añado: A la gente le interesa tanto recibir likes como que sus líderes reciban likes.


Volviendo a Ortega y Gasset en relación a lo que hablamos de las redes sociales:

El hombre-masa se siente perfecto. Un hombre de selección, para sentirse perfecto, necesita ser especialmente vanidoso, y la creencia en su perfección no está consustancialmente unida a él, no es ingenua, sino que llega de su vanidad, y aun

para él mismo tiene un carácter ficticio, imaginario y problemático. Por eso el vanidoso necesita de los demás, busca en ellos la confirmación de la idea que quiere tener de sí mismo.

...

Su confianza en sí es, como de Adán, paradisíaca. El hermetismo nato de su alma le impide lo que sería condición previa para descubrir su insuficiencia: compararse con otros seres. Compararse sería salir un rato de sí mismo y trasladarse al prójimo.

...

Nos encontramos, pues, con la misma diferencia que eternamente existe entre el tonto y el perspicaz. Éste (el perspicaz) se sorprende a sí mismo siempre a dos dedos de ser tonto; por ello hace un esfuerzo para escapar a la inminente tontería, y en ese esfuerzo consiste la inteligencia. El tonto, en cambio, no se sospecha a sí mismo: se parece discretísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se asienta e instala en su propia torpeza, como esos insectos que no hay manera de extraer fuera del orificio en que habitan, no hay modo de desalojar al tonto de su tontería, llevarlo de paseo un rato más allá de su ceguera y obligarlo a que contraste su torpe visión habitual con otros modos de ver más sutiles. El tonto es vitalicio y sin poros. Por eso decía Anatole France que un necio es mucho más funesto que un malvado. Porque el malvado descansa algunas veces; el necio, jamás.


Y terminamos con Carlo María Cippolla en "Allegro ma non troppo"

La persona inteligente sabe que es inteligente. El malvado es consciente de que es un malvado. El incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Al contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido. Esto contribuye poderosamente a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su acción devastadora. El estúpido no está inhibido por aquel sentimiento que los anglosajones llaman selfconsciousness.

Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia, sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente.

Y sin beneficio propio, porque lo que no hay que olvidar es que el estúpido por definición es esa persona que hace daño a los demás sin lograr un beneficio propio.



Sea como fuere, id dejando un poco de lado las redes sociales. El mundo real no está ahí. Utilizad las redes sociales como una herramienta ocasional, pero no como el canal para potenciar o deshaceros de vuestras frustraciones o carencias.


Por cierto, mi nombre es Luis de Miguel Ortega

No soy disidente

No soy negacionista

No soy un ser de luz

No soy un alma despierta

Tan solo hago lo que puedo y arriesgo todo lo que tengo.



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