En un mundo de control social y de protección de menores a través de medidas absurdas e ineficaces pero que alcanzan a trastornar el espíritu de nuestros hijos y volverles idiotas o por el contrario volverles víctimas inocentes de esta guerra, el mundo ha olvidado que desde hace años nos hemos dado herramientas para velar por el bienestar de los menores.
No son las mejores herramientas y se aplican bien, pero algo había.
Por primera vez en la historia, los niños ya no son objeto de protección sino que forman parte de los objetivos militares de la élite. La mente, los valores, el alma en definitiva de nuestros niños está siendo asediado por las técnicas de manipulación social. No importa que mueran, no importa que se suiciden, no importa el sufrimiento moral.
Todo vale.
Aquí una gran parte de los instrumentos internacionales.