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Una semana más


“No tendréis nada, pero seréis felices”, es la insignia de este nuevo orden mundial que nos lleva a la esclavitud y al totalitarismo, lo que podríamos traducir facilmente por “estaréis jodidos pero contentos porque las cosas aun podrían ser peor”.

La semana pasada, del 5 al 9 de abril hemos relizado 3.500 kilómetros de juzgado en juzgado.

Esta semana que viene no va a ser menos.

Los casos particulares relacionados con esta crisis, nos están ayudando a conocer la realidad mucho mejor de lo que se puede a través de otros medios.

Por un lado estamos conociendo de primera mano el testimonio de las víctimas. Alumnos, profesores, profesionales sanitarios, detenidos, multados, ancianos y discapaces amenazados con la vacunación. Todas estas experiencias nos aportan un inmenso valor sobre o que está ocurriendo.

Estas experiencias también nos aportan conocimiento sobre los “verdugos”. Jueces, fiscales, inspectores, funcionarios, policías, que viven entre el dilema de cumplir con la obediencia o hacer cumplir la ley. Todos sin casi sin excepción viven con ese dilema del que son más conscientes de lo que parece.

  • El lunes pasado en Gijón sin ir más lejos, una encargada de un supermercado nos confesó que lo que viene en la declaración policial es falso. Ella nunca dijo eso que escribieron los policías.

  • El martes en Torrevieja, un policía local a duras penas podía explicar por qué había detenido a una mujer y la había mantenido esposada y orinada durante más de dos horas hasta que la puso en libertad sin más trámite en medio de la calle.

  • El miércoles en Barcelona los funcionarios de la Generalitat de Cataluña, pedían tiempo muerto para justificar una sanción puesto que decían que la situación era compleja.

  • El Jueves una profesora expedientada recibía la resolución confirmatoria de su sanción a través de un procedimiento inquisitorial -sin contradicción y sin prueba-, en un comportamiento del inspector que solo se puede calificar de “pollo descabezao”.

  • El viernes en Córdoba, una Fiscal se irritaba cuando llevábamos el interrogatorio hacia la cruda realidad de que la fiscalía son los mamporreros del Gobierno en las vacunaciones y la histeria se contagiaba a la Juez que sin dar un puñetazo en la mesa espetó algoa así como: “no hace falta que insista más Sr. Letrado. Ya hemos decidido no vacunar a su cliente”, en un intento por que no quedasen grabadas en la vista, una serie de verdades muy incómodas.

Entre provincia y provincia, entre viaje y viaje, llovían las consultas, los recursos de multas, los trámites procesales, las pequeñas penas y las pequeñas victorias. Recibíamos la noticia de que uno de los detenidos por no llevar mascarilla en Madrid, quedaba absuelto.

  • Mañana lunes 12 de abril, volvemos a Gijón para interrogar a los 5 policías a los que se acusa de la detención de dos jóvenes por no llevar mascarilla. Tres días y dos noches en el calabozo por no llevar mascarilla. Nadie en su sano juicio lo puede entender y será difícil que ellos mismos lo expliquen, porque de las actuaciones se desprende provocación, prueba ilícita, denuncia falsa, detención ilegal y delito contra la integridad moral.

  • El martes estaremos en Sevilla, en el epicentro de la conspiración para lograr que todos los ancianos y discapaces se vacunen en contra de su voluntad. Estaremos cara a cara con el Fiscal de Familia y discapacidad de Sevilla que estructuró un sistema de coacciones hacia residencias de ancianos y centros sociosanitarios para lograr su objetivo: cumplir con los deseos de vacunación masiva del Gobierno. El Gobierno quiere el 70% de la población vacunada para el verano y, a sabiendar de que es imposible, ha puesto en marcha la maquinaria para lograr vacunar a los más vulnerables. Para el gobierno, para el Fiscal, los ancianos, los discapaces y el personal sanitario, no son nada más que números que le ayudan a conseguir su objetivo político. No tengo muy claro si el objetivo político es favorecer a las industrias farmacéuticas o si el objetivo es justificar los créditos y las ayudas que necesita para salir de la ruina en la que nos ha metido, pero lo cierto es que si los ciudadanos somos el aval para dichos créditos, los ciudadanos estamos siendo considerados de facto esclavos.

  • El miércoles volveremos a Madrid cansados de la impunidad de los policías, los Delegados del Gobierno y el Ministro del Interior capaces de todo con tal de inducir el miedo y provocar escarnio público de quienes no estén de acuerdo con esta farsa.

Nuestros programas seguirán y seguiremos con nuestras entrevistas, preguntas y el análisis de las noticias. Os contaremos cada día lo que hemos hecho, lo que conseguimos y lo que nos falta por hacer.

Mientras tanto, esta país está arruinado y la ruina la pagarán los nietos que sobrevivan a tanta maldad.

Gracias por estar ahí.
Gracias por estar en este equipo.
Y gracias por reclamar,
por desobedecer y
por compartir la verdad y la esperanza.
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